Un tributo, es la palabra que define perfectamente a esta marca, el cual se enfoca en las mujeres de hoy, que son imparables e independientes como lo señala su diseñadora.

Isabel Flores, es la artífice de este atelier, el cual lleva su nombre, nombre que describe a un tipo de mujer que cuida su vestimenta al detalle y que es capaz de expresar al mundo lo que siente a través de su ropa. Ese tipo de mujer es la fuente de inspiración de esta diseñadora, que no solo combina moda, sino también su preocupación por el medio ambiente.

“Encontré una gran contradicción, somos reconocidos mundialmente por nuestro algodón Pima peruano, pero las marcas peruanas de ese tiempo basaban sus propuestas en tejidos sintéticos, era algo que yo no comprendía”, indica Isabel, cuya inquietud la hizo buscar alternativas que compartieran el cumplimiento de ambos objetivos.

Es así que, las piezas que son parte de su atelier se caracterizan por el uso de fibras naturales, pero también que buscan resaltar la silueta femenina sin que dejen de ser cómodas. Realizo cada prenda de forma única y con el “buen hacer” que ya nos caracteriza como firma”, señalo Flores.Este indicativo ha logrado adquirir una importante aceptación en su público objetivo, creando prendas como los pantalones y blusas que son apreciadas por su clientela.

Durante el 2018, este atelier mostró su primer desfile en la ciudad de Arequipa, convirtiéndose en un escenario mágico para la presentación de sus creaciones. Al año siguiente, las colecciones de la temporada verano e invierno estuvieron presentes en desfiles privados y, también en favor de los niños de la Casa Javier. El año pasado, tuvieron la oportunidad de estar en el Inca textil con la colección “Odette”.

“Mis colecciones siempre cuentan una historia y varias de esas historias inician en alguna ciudad o pueblo de nuestro país”, indica Isabel, quien usa ello para poder plasmar sus ideas en piezas que expresan los conocimientos que ha adquirido previamente antes de crear, convirtiendo cada colección en una obra de arte.

Pero, el trabajo de Isabel Flores no ha quedado ahí, ella como otros diseñadores luchan en contra de la tendencia del fast fashion, que ha ocasionado que muchas marcas tengan que lidiar con prendas con llamativas, pero de baja calidad. “Promover una cultura de compra que se aleje del desperdicio y sostenga puestos de trabajo en condiciones justas, en mi opinión es el mayor de los retos”, enfatiza la diseñadora.

Por el cual, esta opción puede contribuir a grandes cambios, no solo en el habito de consumo de las personas, sino en el proceder de las fábricas, que por años se han negado a mejorar su forma de producir sus prendas ocasionando que afecten al ecosistema como a las buenas de condición de vida que pueden alcanzar sus colaboradores.

Por lo que es importante, tomar en cuenta la preocupación que Isabel Flores tiene como marca, generando que se adquiera mayor conciencia de cómo se debe consumir en la industria de la moda.