La época de fiestas de fin de año está caracterizada por múltiples celebraciones en familia y amigos, cayendo frecuentemente en excesos de comida y bebidas, teniendo como consecuencia el aumento de peso y el consiguiente remordimiento, lo cual puede llevar a las personas a optar por planes de alimentación muy restrictivos o dietas détox, que no brindan los nutrientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento poniendo en riesgo la salud de las personas.

“La clave no es sólo asumir un plan de alimentación para disminuir el peso corporal, sino una alimentación balanceada y sostenible en el tiempo, es decir, se debe adquirir hábitos de vida saludable, los cuales permanecerán con nosotros siempre e incluso debieran mantenerse en fechas festivas como las próximas Navidades. El peor error que se puede cometer post – fiestas es dejar de comer. Una vez celebrado el año nuevo se debe continuar con una alimentación balanceada o empezar a llevarla.” Señaló Patricia Chavez, Nutricionista de Casa Nestlé.

Se debe recordar que la base de una alimentación balanceada es combinar correctamente los grupos de alimentos y consumirlos en las porciones adecuadas, manteniendo 5 comidas al día: desayuno, almuerzo, cena y 2 colaciones.

Cada comida debe contener: 1 porción a 2 porciones de frutas y verduras, cada porción equivale a 80g y se recomienda consumir 5 porciones al día, de preferencia se debe optar por consumirlas frescas, que nos aportarán fibra para una adecuada salud intestinal y mantenernos saciados, así también nos brindan vitaminas y minerales para reforzar nuestras defensas naturales.

Carnes con poco contenido de grasa, de las cuales debemos consumir pescados al menos 2 veces por semana (otras alternativas de carnes magras a incluir en la semana pueden ser la carne de pavo, lomo de cerdo, ternera) y cereales integrales (como por ejemplo arroz, fideos, integral, avena, trigo).

Se debe evitar continuar con el consumo elevado de alimentos con mayor contenido de grasa (frituras), azúcares y sodio (embutidos).

Es importante tomar en cuenta la proporcionalidad del aporte de energía que los tiempos de alimentos nos brindan diariamente:

El desayuno al ser la primera comida del día, tiene el rol fundamental de darnos energía para iniciar nuestras actividades, es debido a esto que nunca debe omitirse, pero que sea la primera comida del día no significa que sea la más abundante; debería de cubrir un 25% de la energía que necesitamos en el día.

El almuerzo en contraparte nos brinda un 35% aproximadamente de la energía del día. Como va transcurriendo el día requerimos menos energía porque nuestras actividades van disminuyendo.

La cena, la comida menos copiosa mas no la menos importante, ya que igual nos aporta un 20% aproximadamente de la energía del día necesaria para que nuestro organismo siga trabajando mientras descansamos, pero la cantidad de alimento debe ser menor que el almuerzo.

Una hidratación adecuada, complementa los estilos de vida saludable recomendados. La cantidad de agua que el cuerpo necesita puede variar entre 8 y 12 vasos de agua al día, más aún durante el verano, cuando el calor favorece la deshidratación. El agua constituye la mejor opción para la hidratación pudiendo alternarse con el consumo de refrescos naturales, controlando la cantidad de azúcar añadida.